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Gonzalo Ruipérez

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FEBRERO 2020

Conversamos con Gonzalo Ruipérez, párroco de San Juan de Dios en Vallecas,  sobre el proyecto de distribución de alimentos solidarios que gestiona en Madrid

 

¿Cómo surgió vuestro proyecto de distribución de alimentos solidarios y qué retos tuvisteis que afrontar?

Surgió de la necesidad que había en el barrio de la UVA de Vallecas de responder por una parte, a una necesidad real de alimentos, así como buscar solución a un dilema en el que se encontraban muchas familias de tener que escoger entre pagar deudas o pagar los mínimos costes de una vida doméstica, o comprar alimentos. Si bien existía desde hacía tiempo una distribución de alimentos por Navidad, pronto nos dimos cuenta que había que establecer un nuevo criterio de distribución pues se vio más necesidad de la que pensábamos, o al menos era un nuevo modo de acercarnos a las causas de la falta de alimentos.
 
En cuanto a los retos a los que nos enfrentamos fueron tres; Primero, el modo de llegar al conocimiento de la verdadera necesidad y buscar un proceso de seguimiento para una respuesta válida; Segundo, encontrar a las personas que pudieran formar parte del equipo; y tercero, cuestiones físicas como, entre otras, la financiera (el camión que recoge la comida nos cuesta 10.000 € anuales) y el lugar de almacenamiento de la comida (pues una vez al mes nos encontramos con 70.000/80.000 kg de alimentos en un mismo lugar y hay que almacenarnos).
 
A modo de anécdota puedo señalar que los niños del Colegio Highlands El Encinar han ayudado a pasar varias toneladas de leche de una sala a otra por el trasiego y uso variado de cada una de las salas en un momento dado.
 
Afortunadamente ahora alojamos parte de los alimentos no perecederos en una nave en Arganda que nos dejan de manera gratuita, aunque en contraprestación tenemos que hacer más traslados con el camión y pagar por ello.

Otro reto al que desde el principio nos enfrentamos fue el buen uso de los alimentos que recibíamos gratuitamente; por ejemplo, qué hacer con los posibles excedentes, cómo darles una digna salida pues de lo contrario o acarreaba un problema de almacenamiento o, en caso de entregar el producto en una cantidad desmedida, el peligro de la posterior reventa.
 

 ¿Cuál es el origen de los alimentos que distribuís?

Los alimentos nos llegan en un 70% del FEGA y del banco alimentos, y en un 30% de colegios, empresas, particulares y de la recogida en la operación kilo.
 

¿Cómo gestionáis el voluntariado que participa en vuestro proyecto solidario?

En gran medida vienen por el testimonio de entrega y servicio que se observa en las personas que se acercan; de hecho, ese mismo voluntariado participa también en resto de tareas que se desarrollan desde caritas parroquial y que se reclaman recíprocamente.

Otra parte del voluntariado de distribución de alimentos son los colegios (Colegio Highlands, San Javier, Everest, Montealto, Torrevilano, Gredos,…), los centros de día y de educación especial (Centro Beato Menni) y empresas (Adidas, Universal Pictures, Klepierre, entre otras) en cuyo caso es la parte didáctica y motivacional dirigida a los voluntarios la que especialmente se quiere promover, sin olvidar el fin inmediato de la distribución.
 

  ¿De qué modo os facilita eQuàliment el desempeño de vuestro proyecto solidario?

eQuáliment es una herramienta fundamental en este proyecto y ha sido una bendición de Dios poder contar con el programa porque nos facilita muchísimo el trabajo que hay detrás de cada entrega de alimentos.

A través del programa podemos anotar los productos que vamos a distribuir el día anterior, configurar los lotes de comida que se van a repartir, crear acreditaciones para recibir alimentos, seguir la evolución de las familias más de cerca y sobre todo sacar estadísticas y listados que nos permiten ayudar mejor a las familias.

Además gracias al programa podemos cumplir los requisitos legales que nos exige el Ministerio para poder recibir los alimentos del FEGA.

Gracias a todo ello, podemos dedicar mayor esfuerzo, tiempo y dedicación a la atención directa de las personas que acuden a nosotros.
 

¿Qué características de vuestra labor han cambiado en el tiempo y qué retos tenéis planteados?

Fundamentalmente antes trabajábamos en papel y ahora es todo digital, lo cual nos facilita poder buscar información en cualquier momento y desde cualquier ordenador.

Desde el momento que tenemos una base de datos de fácil acceso, la búsqueda de cualquier elemento puede ayudarnos en el conocimiento y en el proceso de seguimiento de cada una de las personas.

Como reto me gustaría que todos los voluntarios manejaran eQuàliment, porque actualmente no todos saber usar el programa por diferentes causas, y aprovechar el máximo rendimiento del programa. Otro reto importante sería poder incluir la foto de cada una de las personas en el programa para poder conocer a los beneficiarios del reparto de alimentos, con el fin de tenerlos identificados y poder ayudarlos mejor.

De igual modo, sería de gran ayuda si se pudiese trabajar con otras parroquias online con este programa y estar todas las parroquias conectadas e informadas sobre las diferentes familias.

Y por último, toda esta labor que realizamos al acoger a las personas que acuden a nosotros y que gestionamos con los medios que disponemos – entre otros eQuáliment - hemos de continuarla acudiendo nosotros a los hogares y a diversos lugares de encuentro donde viven y conviven las diferentes personas con las que compartimos parte de lo que Dios nos va regalando día tras día y a manos llenas.
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